La esencia de Dios, al igual que nuestras emociones, carácter y personalidad, no se puede comprobar físicamente, pero se puede ver a través de sus manifestaciones. La creación más preciada de Dios es el ser humano, y somos su manifestación más fuerte en la tierra. La presencia de Dios se manifiesta a través de nosotros, en nuestras palabras y acciones. Así, la respuesta a la pregunta "¿Dónde está Dios?" es que Dios vive dentro de nosotros y se manifiesta a través de nosotros.