Hoy es el día contra la LGTBIfobia. Que tiene, como ocurre con el machismo o el racismo, múltiples formas. Algunas evidentísimas, como las agresiones verbales o físicas. Otras, más sutiles, comentarios, chistes o gracias que no tienen ninguna. De estos últimos casos podríamos decir que son menos graves, pero no conviene menospreciar sus efectos: sobre esa cultura, sobre esa estructura, crecen y proliferan el resto de agresiones. Por eso es importante la educación, que haya al alcance de todos libros, películas, programas de radio o de televisión que hablen de ello desde la perspectiva del respeto a la diversidad y a los derechos fundamentales. Y eso hay que repetirlo en una autonomía en la que hemos visto, en menos de un año, varios casos de censura en este sentido. Hoy es un buen día para recordarlo y para reivindicar medidas que hagan esta sociedad más respirable para todas las personas.